domingo, 29 de noviembre de 2009

1. EL ESTADO Y EL MOVIMIENTO NB

La constitución de un estado fuerte, total y que integre y articule casi todas las características de la sociedad es uno de los principales puntos del nacionalbolchevismo. La dictadura de los valores individuales, en los que prima el sentimiento de competición y de desigualdad, propios del liberalismo han demostrado sobradamente que han fracasado, y que son erróneos. Sólo una estructura pública, esto es, propiedad de todos, puede garantizar una mayor objetividad y un mejor nivel de vida para el conjunto de la mayoría, lo que está obligado a defender. La falsa idea de estado del neoliberalismo, que tan sólo se utiliza para regular los fallos de su sistema económico o hacerlo viable, no debe equivocar la virtuosa concepción de lo que realmente debe ser un ente que domine y otorgue una estructura justa y legal que acabe con la dictadura de los valores individuales, integrando al individuo en una sociedad superior a él, que le protege y que le dota de los derechos y deberes que necesita para salir adelante, sin necesidad de ser explotado, aunando esfuerzos con otros individuos por el bien común.
La superación de la sociedad se consigue mediante el progreso, y ese progreso es el fruto de los esfuerzos unidos en pos de mejorar. Y el encargado de integrar todo eso no pueden ser organizaciones privadas, siempre al acecho de su bien particular, sino una organización pública, de todos y para todos, que ayude a crear un marco legal, unas normas globales que afecten a todos y cada uno de los individuos de manera igualitaria, sin fisuras. Por lo tanto, el bien público, el de la mayoría, será el impulso inamovible que gobernará el destino del pueblo, por encima de las actuales intrigas individuales. Sólo así se consigue un mundo en el que la libertad de acción es realmente igual para todos, con un conjunto de normas que estipulen los trazos principales de acción política y social. La individualidad interesada no tiene cabida en este sistema, y sólo será observada en los casos en los que no se contravenga el bien público, el bien de la mayoría.
Para el correcto funcionamiento de este sistema, es absolutamente primordial olvidar los intereses propios pretendiendo integrar en un bien común. Por ello se debe observar con la mayor pulcritud el buen funcionamiento y desarrollo de todos los elementos que integren el estado, sustituyendo los corruptos y los desviados, y manteniendo una retroalimentación constante de aquellos que puedan aportar con sus aptitudes algo más positivo al mismo. De esta manera se logra una institución preparada para dar el máximo, que acabe con la burocratización y la ineficacia, y premie el desarrollo eficiente de su tarea gubernamental, absolutamente primordial para el desarrollo de la sociedad. Los métodos deben ser ilimitados, para favorecer ese correcto funcionamiento y con ello el consecuente beneficio en forma de estado eficaz y dinámico que logra llegar a la totalidad de las necesidades de su pueblo de una manera correcta y ordenada.
Con ésto no se pretende olvidar las diversas características de cada uno de los elementos de la sociedad, sino integrarlos en una corriente que cree las mejores prestaciones para el conjunto de la sociedad. El Estado, lo que Thiriart denomina "imperium" no está reñido con el "dominium", que no es más que el desarrollo personal, físico y mental del individuo en particular. Simplemente no puede permitirse una entrada de lo segundo contra el primero, ya que el primero significa todas aquellas formas racionales de mejora de vida de la mayoría. Por eso, la correcta integración de esa vida en algo más amplio e importante es la principal característica de la totalidad del estado, un estado soberano, útil y que es simplemente el ejemplo y la llave, y a la vez el guardían y el juez, de que se completa socialmente una mejora para todos, desinteresada individualmente para conseguir que la mayoría por fin pueda tener la plenitud que por su fuerza merece.

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